Tabúes a bordo: ¡Las tripulaciones de cruceros no pueden discutir estos temas!
Descubra qué temas son tabú para las tripulaciones de cruceros y qué desafíos enfrentan a bordo. Perspectivas de Brian David Bruns.

Tabúes a bordo: ¡Las tripulaciones de cruceros no pueden discutir estos temas!
En su libro “Cruise Confidential”, Brian David Bruns, ex miembro de la tripulación de un crucero, ofrece una mirada en profundidad a las estrictas reglas de comportamiento que se aplican a la tripulación a bordo. Bruns trabajó durante más de cuatro años, incluidos diez meses como camarero en Carnival Cruise Line, e informa sobre los desafíos y las condiciones laborales que a menudo se perciben como duras. Los empleados deben trabajar horas extras, lo que a menudo les exige trabajar más de 100 horas por semana sin días libres.
Antes de que Bruns comenzara su primera misión, le quedó claro que ciertos temas se consideraban tabú a bordo. Alto reportero de viajes Hay reglas estrictas que dicen que a los miembros de la tripulación no se les permite hablar de política. Esto se justifica por el hecho de que diferentes orígenes nacionales podrían generar tensiones, ya que no todos los miembros de la tripulación provienen de democracias. También están prohibidas las discusiones sobre asuntos militares, especialmente en barcos estadounidenses, para evitar posibles insultos a los pasajeros.
Temas tabú y castigos
El tema de la religión es especialmente delicado y se considera el más tabú. Bruns destaca que los debates sobre este tema a bordo pueden causar serios problemas. Las consecuencias de violar estas reglas son drásticas: los miembros de la tripulación podrían ser enviados a casa sin dinero. Las discusiones entre ellos también son tabú, como se afirma mundo.de emerge.
Las estrictas normas se ven reforzadas por el hecho de que los requisitos laborales ya son muy elevados. Aunque el contrato sólo estipula 80 horas semanales, los camareros suelen tener que trabajar horas extras. Bruns ganaba sólo 50 dólares al mes, pero las propinas de los pasajeros oscilaban entre 1.000 y 3.000 dólares. La jerarquía a bordo es notable: los camareros y bartenders están por encima de otros empleados del hotel, como chefs y camareras.
Información sobre la perspectiva de la tripulación
Las condiciones de trabajo suelen ser difíciles. Los miembros de la tripulación comparten camarotes y normalmente tienen opciones limitadas para dormir, además de tener poco tiempo para bajar a tierra. Por regla general, sólo disponen de tres a cinco horas. A pesar del exigente trabajo, Bruns demuestra que hay aspectos positivos. Muchos miembros de la tripulación consideran que la diversidad de pasajeros es un enriquecimiento. Sin embargo, también hay momentos en los que la tripulación envidia a los pasajeros su tiempo libre o hace comentarios despectivos sobre determinados huéspedes, especialmente aquellos con sobrepeso.
Bruns enfatiza que las relaciones sexuales entre la tripulación y los pasajeros están estrictamente prohibidas, pero ocasionalmente puede ocurrir actividad sexual en las cabinas de la tripulación. También se destaca el encanto del capitán, que destila autoridad. A pesar de los desafíos, Bruns anima a los empleados a no ser sirvientes y critica a los pasajeros que tratan mal a la tripulación.
En general, la narrativa de Bruns ofrece una perspectiva convincente sobre las vidas y las condiciones laborales de la tripulación de los cruceros, destacando las estrictas convenciones que prevalecen a bordo y enfatizando el potencial de interacciones humanas reales, aunque complejas.