El Barrio Portugués: Un viaje por la historia y el disfrute en Hamburgo

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Descubra el barrio portugués de Hamburgo: historia, gastronomía y diversidad cultural desde los años 70.

El Barrio Portugués: Un viaje por la historia y el disfrute en Hamburgo

El Portugiesenviertel de Hamburgo, situado no lejos de Landungsbrücken, es un destino popular tanto para turistas como para locales. El barrio surgió en la década de 1970 cuando los inmigrantes españoles y portugueses se asentaron cada vez más en la zona. Estos inmigrantes encontraron un nuevo hogar entre los viejos edificios baratos de la época guillermina y a menudo participaron activamente en las áreas de trabajo y comercio portuario. Ya en los años 50 y 60 el barrio se caracterizaba por una animada gastronomía y bares portuarios, lo que dio lugar al desarrollo de un patrimonio culinario único. Hoy en día existen alrededor de 40 restaurantes que ofrecen principalmente cocina tradicional ibérica. Durante los meses de verano, la Ditmar-Koel-Straße es una atracción popular, donde los transeúntes pasean entre las mesas de los restaurantes portugueses y los puestos de souvenirs.

El ambiente del barrio es mediterráneo, caracterizado por los tentadores olores del pescado frito y el marisco fresco. Esta interacción de cocina y cultura crea una experiencia única que refleja el alma de Hamburgo.

Olas históricas de inmigración

Sin embargo, la historia del Barrio Portugués no sólo está marcada por los inmigrantes del siglo XX, sino que se remonta al siglo XVI. En ese momento, la primera ola de inmigración de judíos llegó a Hamburgo, buscando refugio en la ciudad como refugiados religiosos. Estos inmigrantes, conocidos como christãos novos, conversos y marranos, eran judíos que se vieron obligados a convertirse bajo la presión de la Iglesia católica. A pesar de la intolerancia religiosa predominante, la ciudad de Hamburgo proporcionó cierta protección a los judíos sefardíes que vivían no en el barrio portugués, sino también en el área de la ciudad y en Altona, Dinamarca. El término sefardí se deriva de la palabra hebrea para la Península Ibérica.

A los judíos no se les permitía vivir en Hamburgo desde la Edad Media, pero esto cambió en 1612 cuando el gobierno de la ciudad dio cada vez más prioridad a los intereses económicos. Hamburgo estaba interesada en participar en el comercio a través del Atlántico y los judíos portugueses trajeron consigo valiosos contactos comerciales, particularmente en porcelana china.

Tolerancia religiosa y conflicto

La decisión de admitir judíos fue el resultado de intensos debates dentro del gobierno de la ciudad. Aunque algunos teólogos luteranos apoyaron la admisión de judíos, la mayoría se mostró escéptica. En ese momento, el judaísmo era visto como una amenaza para el cristianismo, lo que provocó tensiones y conflictos. A partir de 1647, estas tensiones aumentaron cuando el clero predicó públicamente contra los judíos, avivando aún más los temores de blasfemia. Los judíos portugueses a quienes hasta entonces se les había permitido vivir en Hamburgo se encontraron en un ambiente cada vez más hostil.

Sin embargo, la comunidad judía logró definir su práctica religiosa privada en el marco de un nuevo orden judío. Esto permitió a los judíos orar en privado y fue impulsado en gran medida por la expulsión de los judíos asquenazíes. Fueron desterrados de Hamburgo en 1649 y buscaron refugio en la vecina Altona, donde recibieron generosos privilegios bajo los condes de Schauburg. A medida que crecía el número de judíos portugueses, también crecía su influencia en la ciudad, y eruditos como Moses Gideon Abudiente y Benedikt de Castro se convirtieron en figuras influyentes en la comunidad.

En general, la historia del Barrio Portugués refleja la compleja interacción entre la inmigración, la intolerancia religiosa y las necesidades económicas. Hoy en día, el distrito sigue siendo un testimonio vivo de la diversidad cultural de Hamburgo y de la importancia de la comunidad judía en la historia de la ciudad.

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