Cruceros: ¿viaje de ensueño o desastre medioambiental para las ciudades portuarias?
Los cruceros están en auge, pero su alto impacto ambiental y social están generando crecientes críticas y debates.

Cruceros: ¿viaje de ensueño o desastre medioambiental para las ciudades portuarias?
Los cruceros son muy populares en todo el mundo. Cada año más de 30 millones de viajeros eligen esta forma de vacaciones. Pero a pesar de su popularidad, la industria de los cruceros plantea importantes desafíos medioambientales. Web.de informa que los cruceros emiten más CO2 por pasajero-kilómetro que los aviones y hasta cuatro veces más que los trenes. Este elevado balance de CO2, que también incluye otros gases de efecto invernadero en equivalentes de CO2, representa un problema cada vez mayor para el medio ambiente.
Un factor central del alto impacto medioambiental son las necesidades energéticas de los barcos. Requieren grandes cantidades de energía para piscinas, aire acondicionado y entretenimiento. Esto significa que a menudo utilizan petróleo pesado, que libera grandes cantidades de óxidos de azufre y partículas y, por lo tanto, es incluso más perjudicial para el medio ambiente que el diésel en los coches o camiones. Sin embargo, en muchos puertos a menudo no existe la opción de cambiar a energía terrestre, lo que significa que los motores continúan funcionando en el puerto y causan daños adicionales.
Las consecuencias para los océanos y las regiones costeras
El impacto en los océanos es grave. Los cruceros producen cada día cientos de miles de litros de aguas residuales, una parte de las cuales se vierte sin tratar al mar. Además, alrededor del 25 por ciento de los residuos sólidos en el transporte marítimo mundial provienen de cruceros. Estas contaminaciones ponen en peligro no sólo el medio ambiente marino, sino también la calidad de vida en ciudades portuarias como Venecia, Marsella y Hamburgo, que sufren una contaminación atmosférica cada vez mayor.
En ciudades portuarias como Dubrovnik y Santorini, la infraestructura está sobrecargada, lo que a menudo genera descontento entre la población. Alto conocimiento del planeta En promedio, los turistas de cruceros gastan tres veces menos dinero que los que vacacionan en hoteles tradicionales, lo que contribuye poco a apoyar la economía local. Los estudios también muestran que entre el 20 y el 40 por ciento de los turistas de cruceros no desembarcan durante su estancia.
Protección del medio ambiente y perspectivas de futuro
Sin embargo, NABU critica que la conversión a combustibles menos contaminantes y la adaptación al suministro de energía terrestre se están produciendo con demasiada lentitud. Aunque algunos proveedores están trabajando en tecnologías limpias, los expertos dudan de que los cruceros puedan llegar a ser alguna vez respetuosos con el clima. Un ejemplo del impulso por un turismo más sostenible es la prohibición de que grandes cruceros atraquen en Venecia desde 2021 y los planes de Ámsterdam de prohibir los cruceros desde el centro de la ciudad a partir de 2035.
Tampoco se debe subestimar el impacto económico y social del turismo de cruceros. Muchos de los más de 400 cruceros que operan en todo el mundo, con capacidad para unos 4.000 pasajeros, operan bajo banderas de conveniencia, lo que a menudo dificulta las condiciones laborales de las personas que viven y trabajan a bordo. Las largas jornadas laborales y los bajos salarios son a menudo la realidad. Después de unos 20 años, los barcos viejos suelen venderse a países en desarrollo, donde son desmantelados de forma que causan mayores problemas ambientales y de salud.
En general, está claro que la industria de los cruceros se enfrenta a importantes desafíos. Para reducir el impacto medioambiental se necesitan urgentemente alternativas sostenibles, como viajes en tren o estancias más largas con una menor huella ecológica. El futuro del transporte marítimo de cruceros depende de si estos cambios se pueden implementar y con qué rapidez.